Otra manera de pensar

Existe una especie de rebelión en la sociedad contra las maneras tradicionales de ser y hacer las cosas. Las personas quieren algo diferente, algo nuevo, algo que les permita, según creen, ser ellas mismas, ser verdaderamente libres. Todos entonces proclaman sus propias verdades y parece que se ha llegado a una especie de consenso de que todas son válidas.

Pero el resultado es que esa pluralidad de maneras de pensar confluye en un nuevo estándar y todos terminan encasillándose en lo mismo. Aunque hoy parece que todos quieren huir de los esquemas de pensamiento, como dice la canción “Quiero”, del grupo Rojo, “la gente quiere libertad, y al tenerla se imita más”.

Dice la Biblia en el capítulo 12 de la Carta a los Romanos lo siguiente: “No os amoldéis al mundo actual, sino sed transformados mediante la renovación de vuestra mente. Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (versículo 2, versión NVI-CST).

Dios nos propone otra manera de pensar, que va más allá de las propuestas hedonistas del carpe diem, de vivir el momento, que al final conducen a la autodestrucción, a pesar de supuestamente estar basadas en el amor propio. Dios nos propone una manera de ver la vida que empieza por amarle a él en primer lugar y a los demás en segunda posición. Y cuando buscamos en primer lugar esa fórmula, todo lo que necesitamos nos es dado, como dijo Jesucristo.

Todas nuestras necesidades y carencias personales se ven suplidas por medio de Jesús, que te llama amigo si crees en él. ¡Cree en Él!